A esos padres maravillosos

19.03.2018

Ayer justo, hacíamos 20 años desde que Cemlosarcos abría sus puertas en nuestra ciudad. En estos veinte años asistiendo a parejas, me ha dado tiempo de sobra para ver la evolución que ha sufrido el rol del papá en el embarazo y en la crianza, y puedo deciros que el cambio ha sido espectacular y maravilloso.

Recuerdo que cuando empecé mi proyecto, los cursos de preparación al parto eran tan solo "cosas de mujeres" y a pesar de mi insistencia en que viniesen, la mayoría no consideraba necesario estar presente en este tipo de "chorradas"... total, el parir es algo que sólo podía hacer la madre. Además ni siquiera se les dejaba estar presentes en los partos -ahí sí que la cosa estaba fea- y los padres eran considerados "non gratos" en los paritorios y excluidos de participar de esta vivencia en cualquiera de los hospitales de nuestra capital (por aquel entonces Cruz Roja y Reina Sofía, tan solo).

No obstante, puedo decir que poco a poco, con tesón, con paciencia y con información basada en la evidencia de aquellos tiempos, en mi caso, fuimos consiguiendo que la asistencia a las clases fuera algo más numerosa en papás, y aunque durante bastantes años fueron minoría, soplaban aires de cambio. Recuerdo también mandarlos "armados hasta los dientes" (fotocopia del B.O.E. incluido bajo el brazo) a pelear por sus derechos para que los dejaran entrar al parto, cosa que tardó y costó, pero se consiguió. Poco a poco las clases fueron aumentando en asistencia e interés (supongo que el boca a boca los iba animando) y hoy, los tenemos aquí, participando de todo, mostrando gran interés y no sólo eso, sino dejando patente su implicación al 100% en todo lo que se refiere al embarazo, parto y la crianza.

El Padre de hoy es un hombre que se muestra implicado en todo el proceso de la llegada de un bebé desde el principio, participa activamente, se muestra sensible a las necesidades de su pareja y ayuda en todo lo que puede.

Es paciente y comprensivo y arropa al bebé y a la madre. Se preocupa por estar informado, no quiere perderse nada, pregunta y se implica en todo. Es consciente de lo importante que es su papel y que de eso depende el equilibrio.

El Papá de hoy cuida al bebé y a la mamá, la refuerza y empodera, y particularmente, encuentro en ellos mis mejores aliados, pues cuando surgen las dudas están ahí para reforzar lo aprendido y disiparlas.

Hoy es el Día del Padre y por tanto, no podíamos dejar pasar la oportunidad de felicitarlos y agradecerles que hayan luchado por evolucionar de esta maravillosa forma. Agradecerles que hayan tenido la voluntad de romper con los modelos educativos anteriores (en los que el padre estaba para otras cosas) y que forman parte ya del pasado, pero que muchos de nosotros, un poco mas viejunos, recordamos haber vivido en casa.

El Padre de hoy cuida, abraza, nutre, mece, consuela, mima, protege al bebé y la mamá, y colabora en casa, a sabiendas que la responsabilidad de traer un hijo al mundo ha de ser compartida a partes iguales.

El Padre de hoy portea, colecha, da biberones (y hasta "teta", me consta, cuando la mamá no puede, jeje para consolar al bebé y facilitar a la mamá su lactancia) y lo hace porque quiere, le gusta y lo disfruta. Porque no nos engañemos, traer a un hijo al mundo no te hace padre.... ser Padre es algo más que aportar los genes.

Y miro hacia atrás, y en tan solo 20 años, veo la transformación y me gusta lo que veo.

El Padre de hoy es la mejor versión de sí mismo.

¡¡Felicidades, papás!! Lo estáis haciendo francamente bien.