Alimentos Prohibidos en el Embarazo

26.09.2024

Durante el embarazo, es esencial mantener una dieta equilibrada y nutritiva para garantizar el bienestar tanto de la madre como del bebé en desarrollo. Sin embargo, algunos alimentos pueden presentar riesgos debido a la posibilidad de infecciones, intoxicaciones o exposición a sustancias perjudiciales para el bebé. A continuación, se detalla una lista de alimentos que deben evitarse o consumirse con precaución durante el embarazo:

1. Pescados y mariscos con alto contenido de mercurio


El mercurio puede afectar el desarrollo del sistema nervioso del feto. Algunos peces tienen niveles elevados de mercurio y deben evitarse:

  • Peces grandes como el pez espada/emperador, tiburón (cazón, tintorera, pez de limón, marrajo, mielgas o pintarroja), atún rojo o lucio.
  • En su lugar, elige pescados con bajo contenido de mercurio: Abadejo, Anchoa/Boquerón Arenque, Bacalao, Bacaladilla, Berberecho, Caballa, Calamar, Camarón, Cangrejo, Cañadilla, Carbonero/Fogonero, Carpa, Chipirón, Chirla/Almeja, Choco/Sepia/Jibia, Cigala, Coquina, Dorada, Espadín, Gamba, Jurel, Langosta, Langostino, Lenguado europeo, Limanda/Lenguadina, Lubina, Mejillón, Merlan, Merluza/Pescadilla, Navaja, Ostión, Palometa, Platija, Pota, Pulpo, Quisquilla, Salmón atlántico/Salmón, Salmón del Pacífico, Sardina, Sardinela, Sardinopa, Solla, y Trucha.

¿Es seguro comer pescado en el embarazo?

Sí, comer pescado es seguro y saludable (aunque tendremos que tener en cuenta ciertas consideraciones que os expongo en el siguiente punto). En la legislación alimentaria europea existen límites máximos de mercurio que son de obligado cumplimiento y que, controlados por las autoridades sanitarias, garantizan un consumo seguro de alimentos por la población. 

El consumo de pescado conlleva, además, efectos beneficiosos para la salud ya que aporta energía, es una fuente de proteínas de alto valor biológico y contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. También tiene un buen perfil lipídico proporcionando ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, que es un componente de los patrones dietéticos asociados con la buena salud, y pocos ácidos grasos saturados. 

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha asociado el consumo habitual de pescado durante el embarazo con efectos beneficiosos sobre el desarrollo neurológico en niños y con la reducción del riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria en adultos.

2. Pescado crudo y mariscos

El consumo de pescado crudo o mal cocido aumenta el riesgo de contraer infecciones como la listeriosis, salmonelosis o toxoplasmosis, que pueden ser perjudiciales para el bebé:

  • Evita el sushi, sashimi, salmón ahumado o marinado, o mariscos crudos como ostras, almejas y mejillones.
  • Congela todo el pescado que consumas, mínimo 5 días y si comes fuera de casa, no te olvides de preguntar si el pescado es fresco o congelado.
  • Asegúrate de que todos los pescados y mariscos estén bien cocidos antes de consumirlos.

3. Carnes crudas o poco cocidas

Las carnes crudas o poco cocidas pueden contener bacterias como Salmonella y E. coli, así como parásitos como el de la toxoplasmosis, que puede causar infecciones peligrosas para el feto:

  • Evita carnes crudas o poco cocidas, como carpaccio, steak tartar, carnes asadas con puntos rojos o mal selladas. Si las congelas al menos 5 días, minimizas estos riesgos.
  • Cocina bien las carnes hasta que no queden partes rosadas en el interior y se alcancen temperaturas seguras (al menos 70 °C en el centro de la carne).

4. Huevos crudos o poco cocidos

Los huevos crudos o poco cocidos pueden estar contaminados con Salmonella, una bacteria que puede causar infecciones graves:

  • Evita huevos crudos o productos que los contengan, como la mayonesa casera, masa cruda de galletas, helado casero, mousse o algunas salsas caseras (como la salsa holandesa).
  • Asegúrate de cocinar bien los huevos hasta que las claras y las yemas estén completamente cuajadas.
  • Descarta cualquier huevo que esté roto o no sea fresco y acuérdate de cascarlo en una superficie diferente a dónde lo vas a echar.
  • No laves los huevos antes de meterlos en la nevera, si quieres, lo puedes hacer pero sólo justo antes de consumirlos.

5. Leche y productos lácteos no pasteurizados

Los productos lácteos no pasteurizados pueden contener la bacteria Listeria, que puede causar listeriosis, una infección grave durante el embarazo:

  • Evita la leche cruda, así como quesos elaborados con leche no pasteurizada, como el brie, camembert, queso azul (roquefort), queso feta y algunos quesos frescos.
  • Asegúrate de que los productos lácteos estén pasteurizados, lo que incluye la mayoría de los yogures y quesos disponibles comercialmente. 
  • Lee bien las etiquetas porque esto tiene que venir especificado. Ante la duda, no lo consumiré.

6. Embutidos y carnes frías

Las carnes frías, embutidos y productos curados, como el jamón, la mortadela, el chorizo y el salami, pueden estar contaminados con Listeria, que puede sobrevivir en alimentos refrigerados:

  • Evita embutidos o carnes frías sin cocinar, a menos que se calienten a más de 75 °C antes de comerlos.
  • Incluye en esta categoría los patés, fiambres y productos en conserva de carne que no hayan sido calentados adecuadamente.
  • Si el jamón serrano tiene una curación mayor a 18 meses, se puede consumir tal cual, si no, lo congelaremos mínimo 5 días o evitaremos.

7. Alimentos no bien lavados (frutas y verduras)

Las frutas y verduras pueden estar contaminadas con pesticidas, bacterias o parásitos como el de la toxoplasmosis, si no se lavan adecuadamente:

  • Lava bien todas las frutas, verduras y hortalizas crudas antes de comerlas.
  • Evita ensaladas preparadas en lugares que no ofrecen garantías de higiene.
  • Se recomienda pelar las frutas cuando sea posible para eliminar cualquier rastro de contaminantes.

8. Brotes crudos

Los brotes crudos de alfalfa, trébol, rábano y frijol mungo pueden estar contaminados con Salmonella y E. coli, ya que las bacterias pueden entrar en las semillas antes de que crezcan:

  • Evita brotes crudos y cocínalos bien antes de consumirlos.

9. Café y bebidas con cafeína

El consumo excesivo de cafeína durante el embarazo se ha asociado con un mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y bajo peso al nacer. La cafeína también está presente en el té, los refrescos y algunos medicamentos:

  • Limita la ingesta de cafeína a menos de 200 mg por día (equivalente a aproximadamente 1-2 tazas pequeñas de café al día).
  • Controla también el consumo de refrescos con cafeína, té y chocolate, que también contienen esta sustancia.

10. Alcohol y tabaco

El alcohol es uno de los alimentos más perjudiciales durante el embarazo, ya que puede causar graves problemas de salud para el bebé, incluidos defectos congénitos y trastornos del espectro alcohólico fetal:

  • Evita el consumo de alcohol en cualquier cantidad y en cualquier etapa del embarazo.
  • En el caso del tabaco, se ha relacionado con mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, mayor riesgo de distrés respiratorio y riesgo de muerte súbita del lactante. Y no, no hay un consumo mínimo seguro para estos dos tóxicos. Evítalos completamente.

11. Alimentos altamente procesados y con alto contenido de azúcar

Aunque no están estrictamente prohibidos, se recomienda limitar el consumo de alimentos ultraprocesados ricos en grasas trans, azúcares refinados y superfluos, ya que no aportan nutrientes de calidad y pueden contribuir a problemas como la diabetes gestacional y el aumento de peso excesivo:

  • Reduce la ingesta de refrescos azucarados, snacks industriales, pastelería y alimentos fritos.

12. Edulcorantes artificiales

El uso de ciertos edulcorantes artificiales durante el embarazo es controversial, ya que algunos pueden no ser seguros. Elige opciones naturales o limita el consumo de edulcorantes como el aspartame y la sacarina que alteran nuestra microbiota y empeoran nuestra salud y la de nuestro bebé.

  • Opta por edulcorantes naturales como la estevia o pequeñas cantidades de miel o azúcar, siempre con moderación. O mejor aún, acostumbra a tu paladar al sabor natural de los alimentos.

Conclusión

Durante el embarazo, es fundamental evitar alimentos que presenten riesgos de infecciones o toxicidad para proteger tanto a la madre como al bebé. Es recomendable mantener una dieta equilibrada y asegurarse de que los alimentos estén bien cocidos, pasteurizados y preparados de manera segura. Además, consulta siempre con tu médico o nutricionista sobre cualquier duda específica relacionada con tu alimentación para garantizar un embarazo saludable.